LAS VENTAS CERRÓ EL 2015 CON UNA CORRIDA PARA OLVIDAR.

Lo mejor de la tarde fue el tiempo, que estuvo amenzando agua todo el día, pero que respetó las dos horas justitas  que duró la corrida. Los cuatro toros de Martín Lorca y los dos de Escribano Martín, muy bien presentados por delante, acusaran falta de raza y de casta, destacando el primero por su nobleza y el tercero por la transmisión. Que decir de los tres toreros que venian al final de temporada sin corridas y se encuentran con toros  de estas caracteristicas, el fracaso esta asegurado, pero Madrid es Madrid y no se puede rechazar una oportunidad de estas. Lo mejor y casi lo único de la tarde, fueron los detalles de Iván Vicente y de Javier Jimenez, sin que llegaran a acoplarse con ninguno de los dos toros. Lo del mexicano Alejandro Amaya es para nota, a su primer toro no lo quiso ni ver y con el quinto que lo brindo al publico, aunque muchos de los aficionados no se enteraran dada la rapidez con lo que lo hizo, fue incapaz de acoplarse y arrancarle al menos una serie, increible lo de este mexicano. Los aficionados se aburrieron, protestaron desde todos los tendidos en la mejor plaza del mundo, que mas bien parecia un festival de un pueblo perdido. Mal iremos en el 2016 si se siguen cometiendo los mismos errores que los aficionados han tenido que soportar a lo largo de todo el año, con estos comportamientos la fiesta no necesita a los antitaurinos para ir poco a poco terminando con ella.