SALAMANCA. EL JULI Y DEL ALAMO ABREN LA PUERTA GRANDE.

Los toros de Domingo Hernández y Garcigrande, desiguales de presentación y en el juego que dieron en el ruedo. Nobles todos, flojos algunos y bravos y encastados el cuarto y el quinto . El Juli demostró con los dos toros que le tocaron en suerte la profesionalidad y la autoridad en el ruedo, tanto con el capote como con la muleta. Esa autoridad, esa profesionalidad y esa técnica que ha desarrollado a lo largo de su carrera, le permite llegar a los tendidos con facilidad y cortarle las orejas a los toros, en este caso una a cada uno. Del Alamo estuvo firme con su primero, un toro noble al que  sacó con la muleta alguna serie de importancia, rematando la faena con una estocada y recibiendo una oreja ante la fuerte petición de los tendidos. El quinto, que sería el mejor toro de la corrida, bravo y encastado, lo llevó con chicuelinas al caballo. Con la muleta, Del Alamo aguantó con la muleta las fuertes embestidas por el pitón derecho. Despues de unas series de mucho calado por ese pitón, lo intentó por el izquierdo, rematando la faena con una estocada en todo lo alto y recibiendo como premio las dos orejas y  siendo ovacionado el toro en el arrastre. Roca Rey le tocó el peor lote. Poco pudo hacer con el primero y más o menos igual con el que cerraba plaza. Los aficionados que le esperaban con muchas ganas y que prácticamente llenaron los tendidos, pudieron ver detalles de importancia en la medida que sus dos toros se lo permitieron. En definitiva una corrida desigual. Un torero, El Juli que lo da todo en la plaza despues de casi 20 años de alternativa. Roca Rey que no tuvo suerte con su lote. Juan Del Alamo que es todo corazón y arte, pero que hoy no consiguió acoplarse con el quinto y un Presidente con la mano muy ligera a la hora de la concesión de los trofeos.