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EL DUERO, UN RIO DE VIDA A SU PASO POR ZAMORA.
La belleza del Duero incita al paseo, a recorrer las orillas y observar con detenimiento la flora y la fauna que vive que vive en el, los puentes, el nuevo, el romano, el de hierro, el del ferrocaril que descansa desde hace años, las aceñas, las isletas que se van creando, las vistas de la Catedral, de las Aceñas, de las viviendas, de la Muralla, el sonido de las aguas, la relajación, la tranquilidad el aislamiento. Sentarse a la orilla y obervar a la gente paseando, a los pescadores, a los patos, los cormoranes, las palomas, las garzas, las cigueñas, los colores de la vegetación, olvidarse del tiempo del reloj, de los ordenadores, del telefono, en fin abondonarse y disfrutar de la naturaleza. Una medicina para el estrés.
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